Adelantado a su tiempo, el Opel Ampera-e avanzó soluciones para la movilidad eléctrica

Tyrol

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Hay automóviles que se adelantan a su tiempo, que aportan soluciones que no son comprendidas en su época pero que anticipan avances tecnológicos y de concepto en el mundo del automóvil. El Opel Ampera-e es uno de ellos.

Este modelo revolucionario fue recibido con expectación en su estreno europeo, el Salón de Ginebra de 2009. En apariencia, se trataba de una berlina preparada para competir por el segmento C, con 4 plazas, 4,50 metros de longitud, 310 litros del maletero y un diseño moderno y aires deportivos. La gran sorpresa estaba en su interior.

A principios de la década pasada, el automóvil eléctrico era un producto de nicho. Los puntos de recarga públicos y privados eran (aún) más escasos que en la actualidad y el gran miedo de los conductores era quedarse con la batería a cero en pleno trayecto y sin ninguna electrolinera en los alrededores. Se trabajó también la velocidad de carga: su batería de iones de litio de 60 kWh podía llenarse al 100% en 4 horas.

El Opel Ampera-e lograba la cuadratura del círculo, uniendo una autonomía eléctrica de entre 55 Km y 60 Km, suficiente para cubrir la gran mayoría de los trayectos diarios con un motor gasolina que actúa como generador si el marcador de kilómetros restantes llega a cero. Recurre a las mismas tecnologías que los actuales modelos híbridos enchufables, como el Opel Astra PHEV, pero dando todo el protagonismo a la propulsión “cero emisiones”.

El peso principal de mover el Opel Ampera-e hasta los 110 Km/h recaía en un motor eléctrico de 151 CV (111 kW), que proporcionaba un par de 370 Nm en todos los regímenes. Junto a él, y también asociado a la batería, un motor eléctrico auxiliar que, además podía generar energía, de 73 CV (54 kW).

Si aún así la autonomía se terminaba, entraba en acción el motor gasolina 1.4 de 86 CV. Este propulsor no tomaba las riendas del Opel Ampera-e, sino que funcionaba como un generador más, para alimentar la batería y proporcionar energía a la cadena de tracción eléctrica principal. El reparto de tareas estaba gestionado por una caja de cambios automática con tres embragues.

La originalidad de esta solución convenció a los expertos: el Opel Ampera-e venció en el prestigioso certamen “Coche del Año en Europa” en 2012. Sin embargo, el público aún no estaba preparado ni estaba dispuesto a pagar un precio alto para un vehículo de su segmento.

Sin embargo, doce años después de su lanzamiento y cuatro tras su retirada del mercado, el Opel Ampera-e está demostrando su carácter visionario como vehículo de ocasión, donde está ganando una creciente popularidad por su fiabilidad, su confort, sus prestaciones y la ventaja de contar con la etiqueta “Cero” de la DGT.

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Fuente: Opel
 
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